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“El legado de Henri Lenaerts”: una ruta turística para conocer Irurre

Ruta turística en Irurre

Con el interés de fomentar el turismo local y difundir el legado de Henri Lenaerts, uno de sus vecinos más singulares, el Concejo de Irurre (Guesálaz) ha promovido el diseño y funcionamiento de una ruta turística en la localidad.

Esta ruta turística en Irurre, que ha sido denominada “El legado de Henri Lenaerts”, consta de siete puntos de interés que permiten al visitante transitar por el pueblo en el que Henri Lenaerts vivió entre 1971 y 2006, mientras aprecia algunas de las obras de este artista belga expuestas al aire libre.

El nacimiento de Venus, El vuelo de Ícaro, La caída de Ícaro y Campesino de Brabante son las esculturas de Lenaerts que hacen parte del recorrido en Irurre. La ruta también incluye el paso por el mirador de la localidad que ofrece impresionantes vistas al valle de Guesálaz y el pantano de Alloz, por la “piedra del homenaje” instalada como reconocimiento en vida a Henri y su compañera Paulette Garin, y por la casa museo* del Centro Henri Lenaerts, en donde se conserva la colección artística de este particular personaje.

Escaneando con el teléfono móvil el código QR dispuesto en la señalización de la ruta turística, los visitantes podrán acceder a una audioguía que cuenta con audios y textos en castellano y euskera con información de cada uno de los puntos de interés, además de indicaciones para seguir el recorrido.

Este proyecto ha contado, además, con el apoyo económico del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y de la Asociación TEDER.

¿Cómo llegó Henri a Irurre?

Henri Lenaerts se instaló en Irurre a inicios de los 70. La década anterior había estado una temporada en la India, en donde se sumergió en el pensamiento védico y la investigación de la cultura india. Estos intereses influyeron en el desarrollo de su tesis doctoral, así como en sus posteriores creaciones artísticas, en las que se propuso reflejar de manera más acentuada la unión de la forma y el espíritu. También, su experiencia india le llevó a cuestionarse sobre los excesos de la tecnología en los modos de vida del mundo occidental.

“Henri viajaba en moto por Europa y buscaba un lugar tranquilo para trabajar, porque Bruselas ya era una ciudad grande. En su viaje pasaba por Navarra y se le estropeó la moto en Mañeru. Allí le atendieron muy bien unos vecinos y, además, le dijeron que había muchas casas libres en la zona para comprar”, recuerda Ana Aliende, tesorera del Centro Henri Lenaerts.

Recorriendo la zona con la guía de los vecinos, Henri visitó en Irurre –a 12 kilómetros de Mañeru– un acogedor caserón de estilo barroco, con un entorno mucho más cautivador. “El lugar es lo que le gustó, un espacio abierto con posibilidad de estar aislado y tranquilo”, agrega Ana, sobre la propiedad que el artista luego convirtió en su hogar.

*Se requiere cita previa para ingresar a la casa museo.

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