¿Sientes miedo o vergüenza al decir que practicas yoga o meditación?
La proliferación de tendencias en las que el yoga o la meditación son vistos como modas principalmente orientadas al culto exclusivo del cuerpo físico, que se relacionan íntimamente con una creencia religiosa o que se muestran como propuestas curativas por sí mismas, ha ocasionado que la percepción sobre estas prácticas esté rodeada de prejuicios.
Las ideas preconcebidas por parte de quienes no se han aproximado al yoga y la meditación como disciplinas, no solo han afectado la validación de los beneficios que estas prácticas pueden aportar al bienestar personal, sino además a quienes se han interesado en estas prácticas y ven perdida la confianza de comunicarlo o compartirlo con sus allegados. Es decir, el miedo o la vergüenza a ser juzgados les impiden que puedan asumir abiertamente su interés por asistir a sesiones de meditación guiada o de yoga en un centro especializado.
Si es tu caso o conoces a alguien a quien le suceda, te invitamos a reflexionar sobre por qué esto ocurre y cómo podemos corregirlo.
El miedo o la vergüenza a ser juzgados les impiden que puedan asumir abiertamente su interés por asistir a sesiones de meditación guiada o de yoga.
Factores culturales y desconocimiento
Hay dos motivos principales por los que para algunas personas el sentimiento de vergüenza o temor es mayor y por eso prefieren que pocos o nadie conozca su vinculación con el “mundo de las prácticas meditativas”.
El primero de ellos está relacionado con factores culturales por los que se suele etiquetar al yoga o a la meditación como prácticas “delicadas” y femeninas, que solo pueden ser ejecutadas por personas que tengan facilidad para realizar los ejercicios de respiración necesarios o las posturas, a menudo exageradas en medios de difusión como posiciones casi de acrobacia. Esto dificulta que hombres o personas que consideren no encajar en esos estereotipos prefieran no comentarle a nadie que les interesa hacer yoga o meditar, aún cuando están experimentando beneficios.
El otro motivo (y quizás el más importante) está relacionado con el desconocimiento. Por ejemplo, se ha cuestionado la pertinencia de las prácticas meditativas, al revelarse en medios de comunicación la contratación de cursos de mindfulness para funcionarios del Gobierno español.
Quienes criticaban la utilidad de estos cursos argumentaban que esta práctica “se está presentando como algo con efectos terapéuticos sin base teórica ni resultados probados”, considerándola a su vez como “una vertiente pseudoterapéutica que tiene mucho de moda”. Y es en este tipo de comentarios en donde radican los prejuicios que afectan al imaginario colectivo sobre el yoga o la meditación, y que evitan que muchos socialicen con sus amigos o familia sus experiencias en este campo.
Hay que insistir en que existen numerosas investigaciones científicas que señalan beneficios comprobados en personas que practican alguna de las muy variadas formas de meditación, entre ellas el mindfulness, siempre que se realicen de manera continuada. De otro lado, también hay que tener en cuenta que estas prácticas “son caminos de desarrollo humano y espiritual”, pero no son terapias por sí solas, como aclara Mayte Criado, profesora de hatha yoga y meditación.
Hay que insistir en que existen numerosas investigaciones científicas que señalan beneficios comprobados en personas que meditan.
Derribando mitos sobre la meditación y el yoga
Criado también recuerda una serie de datos muy relevantes para refutar aquellas ideas que desacreditan al yoga o la meditación, y que de paso ayudarán a ganar confianza a quienes temen o se avergüenzan por lo que otros pensarían al conocer que se han apuntado a una sesión de yoga o a un taller de meditación. Son los siguientes:
- La OMS reconoció al yoga en su “Estrategia sobre medicina tradicional 2014-2023” como una disciplina practicada para el bienestar psicofísico.
- La UNESCO declaró al yoga, en 2016, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
- La Asamblea General de Naciones Unidas estableció al 21 de de junio como Día Internacional del Yoga.
- Vertientes relevantes en el campo de la psicología moderna y posmoderna han integrado en sus propuestas muchas técnicas meditativas y yoguicas, como las técnicas de respiración, de relajación, de centramiento, de indagación, de limpieza, entre otras.
Desde el Centro Henri Lenaerts fomentamos la práctica habitual de disciplinas como la meditación y el yoga, ofreciéndola como un ejercicio cognitivo, basado en la atención, en lo presencial y en conocer lo real, como ya ha indicado en otro artículo nuestro profesor de yoga y meditación, Raúl Hernández. Pero también es una nueva oportunidad para acercarte mucho más a estas prácticas y asumir, sin miedo ni vergüenza, lo importante que puede ser en tu bienestar personal. Te invitamos a revisar nuestra programación de actividades y esperemos que te animes a apuntarte a alguna sesión.