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¿La meditación y el yoga son cuestiones femeninas?

En las sesiones de meditación o de yoga que realiza el Centro Henri Lenaerts lo notamos. Siempre encontramos a más mujeres que hombres asistiendo a las jornadas. Y aunque en los últimos meses hemos observado cierto interés creciente en varones por las prácticas meditativas que ofrecemos, en general las mujeres superan al género masculino en la asistencia.

Esta tendencia no es exclusiva del Centro Henri Lenaerts. Es habitual que en los distintos centros de meditación o yoga, en Occidente por lo menos, sean las mujeres las que lideren las inscripciones y asistencia en cada sesión.

¿Son, entonces, la meditación y el yoga cuestiones femeninas?

Respuestas desde las emociones

Para entregar una respuesta adecuada frente a la anterior pregunta hay que tener muy en cuenta varios matices.

Comencemos recordando que en 2017 se publicó uno de los pocos estudios que se han dedicado a analizar la efectividad de la meditación incluyendo la variable de género. Se trata de la investigación realizada en la Universidad de Brown, en Estados Unidos, en la que se observó que, en general, tanto los hombres como mujeres participantes en el estudio manifestaron una mejora en varios aspectos relacionados con su bienestar personal tras asistir a un programa continuado de meditación. Sin embargo, únicamente las mujeres reportaron una disminución significativa en sus emociones negativas.

No obstante, este estudio advierte que sus resultados no necesariamente indican que la meditación no sea beneficiosa o no interese a los hombres, solo que las ventajas en el manejo de las emociones, de momento, son más visibles en el género femenino. Y decimos de momento porque los resultados del estudio sugieren una interesante nueva hipótesis. “Los modelos de meditación y atención plena, al menos como están estructurados a menudo, pueden estar mejor sintonizados para abordar las formas en que las mujeres procesan las emociones que las formas que los hombres desarrollan”, explicó Willoughby Britton, profesora de psiquiatría y comportamiento humano, y una de las autoras de la investigación.

Tanto los hombres como mujeres participantes en el estudio manifestaron una mejora en varios aspectos relacionados con su bienestar personal”

Factor cultural

La nueva hipótesis del citado estudio indica que es posible que haya diferentes expectativas culturales para hombres y mujeres en torno a la emocionalidad. Probablemente esa sea una de las razones por las que los hombres que participaron del estudio no mostraron mayores cambios en cuanto al manejo de sus emociones negativas. Recordemos que este estudio analizó una práctica nacida en el contexto de una sociedad oriental, pero se realizó tomando como muestra a miembros de una sociedad occidental.

Los investigadores agregan que si esa hipótesis se apoya en investigaciones adicionales, los hallazgos pueden generar una estrategia importante a la hora de diseñar programas de meditación adecuados tanto para mujeres como para hombres de nuestra sociedad.

Y este ingrediente cultural también incide en la vinculación de hombres a prácticas de yoga. En nuestra sociedad ha existido la tendencia de etiquetar al yoga como una práctica exclusivamente femenina, basándose en una creencia ligada a prejuicios de género y cultura. Se suele suponer que las mujeres poseen mayores habilidades y sensibilidad para realizar esta disciplina, debido a la figura estilizada y flexible, y la personalidad delicada con la que se les suele estereotipar. Pero en la práctica se confirma que los hombres también pueden ser muy receptivos a los ejercicios de respiración dirigida, estiramientos y relajación que se proponen.

El tercer sábado de casa mes tenemos nuestros seminarios de yoga, meditación y relajación, en la casa museo de Irurre. Si eres hombre, anímate a probar estas disciplinas y aprende a manejar de manera adecuada tus emociones, alejándote de prejuicios y estereotipos. Y si eres mujer, comparte esta información con todo aquel hombre que consideres que merece alimentar su bienestar y no dudes en acompañarlo a su primera sesión con nosotros.

Es posible que haya diferentes expectativas culturales para hombres y mujeres en torno a la emocionalidad”

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